“Disfrutar del camino” crónica de un entrenamiento en un lugar por descubrir.

He pasado los dos últimos años en Lalín (Pontevedra). Aquí he conocido a la gente del Club Triatlón Lalín, al que pertenezco y donde he comenzado mi andadura en esto del TRI.

Ahora el trabajo me vuelve a trasladar, esta vez a Monforte de Lemos, así que seguiré descubriendo Galicia.

Tengo facilidad para ver el lado positivo de las cosas, pero es que Monforte me lo ha puesto muy fácil. De entrada, tiene una piscina con un horario muy amplio, que me permite entrenar a primera hora de la mañana antes de entrar a trabajar. El día que no tengo piscina, también puedo hacer la sesión de gimnasio, y por si esto me parecía poco, junto a la piscina tengo una pista de atletismo.

Monforte se encuentra en un valle entre los ríos Miño y Sil, por lo que tiene una zona sin desnivel perfecta para las sesiones con la cabra y los rodajes a pie en llano. En cuanto abandonas el valle, te encuentras las montañas con varios puertos de primera categoría.

¿Qué más puede pedir un amante de la bicicleta? Pues por ahora lo único que puedo pedir es una buena grupeta que me lleve con el gancho en la salida del domingo; pero todo se andará.