“Un poco de Sprint” crónica de un verano triatletico.




Una vez superado el Extreme-man, toca plantearse nuevo objetivo. Esta vez elijo el Campeonato de España de distancia Olímpica que se celebrará en Pontevedra el 8 de Septiembre.
Para ello necesito clasificarme, y tengo la posibilidad de hacerlo también en Pontevedra, así que sin moverme demasiado puedo matar dos pájaros de un tiro. O mejor dicho tres, porque tras el debut de Lola en el ICAN de Valladolid, parece animada con el triatlón y el calendario gallego tiene muchas pruebas en el mes de agosto.
Empezamos con el SerTri de Zaragoza, donde disfrutamos mucho de una  tarde de Triatlón con gente de todas las categorías y edades.


Después vino el Clasificatorio de Pontevedra. Esta vez cada uno en su grupo de edad. Ambos vivimos la dureza de la competición, teniendo que darlo todo en cada uno de los sectores. Ambos nos clasificamos, pero no contábamos con una boda que nos impedirá ir al Campeonato de España.


El siguiente fue Arteixo, donde yo disfrute muchísimo por la dureza del sector ciclista que me hizo recuperar muchas posiciones y llegar segundo a la transición (aunque después no pude mantener la posición en la carrera a pie) y donde Lola sufrió más de lo que le gustaría, ya que a una dura natación, le siguió una dura bici que la dejo muy descolgada.
Aun así, eso le ha dado más fuerzas para entrenar duro y seguir preparando el triatlón de Allariz y el de A Coruña que nos quedan pendientes para completar este mes de Agosto.

“Seguir adelante y no rendirme me vuelve a hacer finisher” crónica del Extre-Man Salou 2012.


Un año más y tras una larga preparación, me enfrentaba de nuevo a la distancia 226 (3.8km swim + 180km bike + 42km run). Esta vez en el Extreme-Man de Salou, una prueba marcada por un sector de bicicleta con más de 2500m de desnivel positivo acumulado.


La experiencia adquirida el año anterior en Zúrich, me permitió no gastar más fuerzas de las necesarias en los preparativos antes de la prueba. Eso sí, los nervios volvían a aflorar apoderándose de mi  y transformándome en un ser diferente, que sólo desaparece tras el cañonazo de salida.
Un año más estaba acompañado de Lola y también coincidía con Trigord y su familia (suegra, mujer, hermana e hijos), creando un gran equipo de animadores, que estarían pendientes de nosotros durante toda la prueba.
Sin haber amanecido, se daba el pistoletazo de salida, que ponía el cronometro de la prueba en marcha para los 400 participantes.  Dos vueltas a un sector de natación con mar en calma, que se pasó rapidísimo (00:55:44).


Al salir del agua y como se esperaba, comenzaba a llover. Tras la experiencia de Bilbao, me puse un chaleco impermeable, unos manguitos y comencé el sector de ciclismo. Todo iba bien y alguien me comunico que iba entre los 70 primeros. Esto me dio alas hasta que un pinchazo me obligo a parar. Mientras cambiaba la cámara, muchos pasaban por delante de mí sin que pudiera hacer nada. Tras solucionar el problema volví a coger ritmo y así llegue hasta el comienzo del puerto de la Mussara. Con buen ritmo comienzo a recuperar posiciones. Paso a Trigord y sigo subiendo, hasta que vuelvo a notar la rueda baja de nuevo.
En este momento comienza para mí un reto diferente. Ya no tengo material de repuesto para arreglar la bici, lo que me obliga a mendigar material. Gracias a la ayuda de Trigord, Triki y un desconocido, consigo salir del paso. Pero me dura poco, porque con los nervios puse la cámara pinchada y perdí el aire a pocos kilómetros. Con la rueda desinflada, llegue  al segundo avituallamiento y allí espero hasta que alguien se pare a hidratarse con tranquilidad y me dejará  una bomba para volver a reparar la rueda.
He perdido más de media hora y era consciente de que no iba a lograr mi objetivo de hacer la prueba en el menor tiempo posible, pero no puedo olvidar que solo terminar la distancia Ironman es un gran reto y el objetivo principal.
Vuelvo a montarme en mi bici y sigo devorando kilómetros prácticamente en solitario hasta llegar a Salou (06:50:10).
En la transición me espera Lola, ya sabía que había pinchado porque Trigord se lo había comentado, me sigue animando muchísimo.
Salgo a correr con ganas de hacer una buena maratón, pero las fuerzas me abandonan en menos de 5km. A partir de aquí, me marco el objetivo de correr entre cada avituallamiento, donde paso caminando y me refresco con agua y coca-cola ya que hace muchísimo calor porque ha salido el sol. Durante el circuito me cruzo con Trigord y nos animamos mutuamente. A Trigord le acompaña Inma, igual que a mi Lola en los tramos en los que no hay jueces. Esta compañía es importantísima cuando tu cuerpo no puede mas y aunque tu mente quiere, la musculatura y las articulaciones te dicen que pares (04:27:29). 
No ha sido el Ironman que yo esperaba, donde quería buscar mejores sensaciones que en Zúrich, pero he aprendido a luchar contra las adversidades, teniendo en cuenta que todo el que cruza la línea de meta es finisher. (12:19:51)